Cada proyecto nuevo, es como iniciar un viaje en el que no hay lugar para la improvisación. Tal es así que, el éxito del mismo, va a depender de una planificación minuciosa.
Evitar que presupuesto mate idea, será el primero de nuestros desafíos. Por eso resulta imprescindible evaluar los recursos necesarios y establecer prioridades.
Los márgenes de tiempo para la ejecución de las diferentes actividades, influirán directamente sobre el valor de las mismas. Por lo que la estimación de costos, deberá ser lo más certera posible para que podamos gestionarlas correctamente.
Es fundamental conocer qué gastos conlleva el proyecto, para poder realizar las comparaciones necesarias y definir cuáles pueden ajustarse. Tener una vista panorámica de nuestro esquema, nos concederá una precisa y estratégica dirección de nuestros recursos.
El presupuesto actuará a modo de mapa indicándonos el recorrido hacia nuestro destino. Y bien ejecutado, evitará que nos desviemos del camino.
Si bien vamos a destinar un porcentaje a hechos imprevisibles, tener una imagen clara de los costos, nos permitirá achicar el margen de error ante las necesidades ya planificadas.
El armado de un buen presupuesto nos evitará gastar dinero con el que no contamos y generar un desequilibrio en la realización de nuestro proyecto. Saber con anticipación los ingresos y egresos que se llevarán a cabo en determinado tiempo, nos facilitará mantenernos enfocados en nuestro objetivo.
Dicen que un viaje se vive tres veces, pero sólo tenemos una oportunidad para una planificación acertada.
Con amor,
Aldana.